Hace unas fechas fui al traumatólogo por una pequeña dolencia lumbar. Hacía más de treinta años que no iba a la consulta de este médico especialista y, ¡mira tú por dónde!, resulta que era el mismo médico que me atendió la primera vez: el Dr. R……
- ¡Buenos días!
- ¡Buenos días, doctor!
- Cuénteme, qué le pasa.
- Pues verá, tengo una molestia lumbar recurrente desde hace algún tiempo y quisiera que usted me dijera qué podemos hacer, primero para aliviar esa molestia actual, y después, para evitar la repetición de la lesión.
- Vamos a ver, vamos a ver…, Usted no tiene historial aquí, ¿no?
- Pues no sé…
- No ha venido nunca ¿verdad?
- Sí señor, hace unos veintiocho o treinta años, y me atendió usted precisamente.
- ¿Y cómo puede estar tan seguro, si no tengo ficha suya?
- Pues porque cuando vine en aquella ocasión, por una contusión en la muñeca derecha, usted me preguntó: “Usted, además de hacer el idiota, ¿a qué se dedica?”
- ¿Seguro que era yo? No puede ser.
- Sí señor, me acuerdo perfectamente porque me caí probando el monopatín de un niño y contuve la caída con el brazo, sufriendo una pequeña lesión en la muñeca derecha, y al parecer, ese fue el motivo de su discreta pregunta.
- No puede ser, estará usted confundido.
- No lo creo.
La risa sorda de la enfermera que ayudaba al doctor y sus gestos de asentimiento me revelaron que yo no estaba equivocado, corroborando la veracidad del suceso. El resto de la visita transcurrió en un ambiente distendido y sin rencores por parte de nadie. Sigo teniendo algunas molestias de cuando en cuando, pero me reí bastante en la visita.
MORALEJA: Casualidades de la vida. Nadie sabe qué nos depara el futuro, así que, supongo que mejor portarnos bien con los demás.
1 comentario:
PUES SI, FUE ASI CO O OCURRIO, DOY FE DE ELLO, ESTABA PRESENTE Y ME ESTABA DESCOJONANDO DE LA RISA
Publicar un comentario