Efectivi-wonder (bra, que diría aquél), anoche fue una noche llena de colores en la Falla Dr. Marañón.
Colores, por la orquesta que amenizó anoche la "ver-bena" (cada cual tenía la suya); colores, por la cantidad de gente asistente; colores, porque cada cual disfrutó a su gusto (y para gustos… colores); colores, por el ambientazo; colores, por la diversidad indumentaria que lucía la "peña" (falleros, vecinos, amigos, insomnes, juerguistas, bailongos, etc.); colores, por la variedad del repertorio musical; en fin… colores, por la luz, el sonido, la alegría, la convivencia y, como dicen los "modennos", por el buen rollito reinante durante la noche.
Todo comenzó, como viene siendo habitual año tras año, con la tradicional ingesta de churros con chocolate en la churrería de Padre Santonja (en adelante P.S.) Entre risas y cachondeo, nos metimos entre pecho y espalda unos churritos con un chocolate que estaba francamente bueno, lástima que acabábamos de cenar, como aquel que dice, y no nos cupo mucho en el cuerpo, pero fue lo suficiente para encarar la noche con más energía.
Con el buche lleno, la comitiva bailonga se dirigió a la Falla Dr. Marañón a ver que se cocía por allí. No tardamos en ver a Manolo, a Tere, a Mario, a Rosa, a Marian, a José Manuel, a María, a Silvia, a Jesús y a Carlos, o sea, el resto de la colla. Llegamos después de disparar el castillo de fuegos artificiales, nada más comenzar la actuación de la orquesta verbenera. Automáticamente, el barman Manolo nos sirvió unos lingotazos para amenizar la noche, y vaya si la amenizaron. No sé si por el efecto excitante del chocolate de antes o por los vapores etílicos de los combinados, lo cierto es que, una vez cogimos la marcha, no paramos de movernos hasta que la banda hizo el descanso (algunos lo hemos notado hoy hasta en las pestañas).
Cerrad los ojos y dejaos llevar por la imaginación. Sobre el escenario un par de "jamones de Guijuelo", uno moreno y otro rubio (de lo demás no me preguntéis, que no "m'acuerdo"). Música de "tos" los tiempos (unos "popurrises" de lo más bailables). La calle abarrotá de gente de "tos" los colores. Los de NIt de Dijous al fondo, cerca de la barra, a su marcheta, y menuda marcha. Las coreografías salían de forma espontánea, sin ensayo previo (se ve que en los setenta ya le dábamos al bailoteo), el limbo, con el escobón de barrer, no tuvo desperdicio, cada uno lo pasaba como podía, no había reglas, bueno sí, una, divertirse, y vaya si lo hicimos. Alguno se marcó unos pases toreros que ni "El Juli" y otro se desmadró un pelín, sombrero en ristre, para regocijo de los presentes. Pero todos cantaban a voz en pecho los éxitos musicales de nuestro tiempo, éxitos de los sesenta, setenta, ochenta y noventa. Cogimos tanta marcha que nos vino al pelo el descanso de la orquesta para hacer mutis por el foro y dejar el resto de la noche para el disfrute de los más jóvenes.
Este año no hemos tenido paellas, como venía siendo habitual, pero hemos tenido baile, y como una cosa no sustituye a la otra, el jueves próximo organizaremos lo de la paella al aire libre.
Una vez más "Nit de dijous" triunfó por derecho propio.
1 comentario:
SI QUE LO PASAMOS BIEN, SOBRE TODO EN LAS COREOGRAFIAS, NOS SALIAN Y TODO, NO NOS EQUIVOCAMOS NI UNA SOLA VEZ, ALBERTIN TOMA EJEMPLO JAJAJAJA, ESTO HAY QUE REPETIRLO MÁS Y MÁS, GRACIAS A MANOLO POR LOS CUBATAS. LUIS COMO SIEMPRE LA CRONICA GENIAL. BESOS.
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