No soy yo de muchas celebraciones que tengan que ver con la sociedad consumista en la que nos han metido los centros comerciales, los grandes almacenes y los medios de comunicación, a través del bombardeo continuado de mensajes publicitarios para que compres el regalo de moda con la excusa de homenajear a tu madre.
Como cada año, el primer domingo de mayo, se celebra en este país el Día de la madre. Como es normal, cada año cae en una fecha distinta, cosa que podría llegar a confundir al personal, incluso a que a muchos de nosotros se nos olvidara tan magno evento. Pero no, no tenemos porqué temer el olvido involuntario de tal fecha, ya que por todos los medios habidos y por haber, nuestra sociedad de consumo nos recuerda que debemos comprar el regalo oportuno para poder celebrar “como Dios manda” tan señalada fecha.
Los niños, en la escuela, dedican el tiempo de manualidades a preparar un regalo para sus madres, dirigidos en todo momento por el profesorado de turno. Sin embargo, los papás de los niños no podemos sustraernos a la corriente consumista y “complementar” el magnífico detalle infantil con el regalo de moda (somos así de simples).
Los hijos algo más mayores recorren los grandes almacenes en busca del regalo que a su madre le indique cuánto la quieren. Seguramente, cuanto más caro sea el perfume mejor demostrará el afecto filial, o eso nos han inculcado desde siempre.
Cuando somos adultos, las flores siempre son un buen recurso. Muy socorridas y nada baratas por cierto, pero siempre queda uno estupendamente, o eso nos creemos (Flores no, flores no, flores no…, parece que escuchan mis oídos).
Fijaos si está manipulado el tema comercial del Día de la madre que allá donde miremos sólo encontraremos fotos de madres jóvenes con bebés en brazos, ambos guapísimos, sonrientes y la mar de fotogénicos. Seguramente la imagen de mi madre o de la tuya, señoras de cierta edad, amas de casa y trabajadoras incansables, no es la más adecuada para darle a la celebración el tinte comercial y consumista que quieren hacernos llegar a través de los mensajes con imágenes idílicas de madres estupendas con bebés estupendos.
Sin embargo, creo que es un error darle mayor importancia a las madres que acaban de serlo que a las que llevan ya toda una carrera en el oficio. En esto, como en el mundo laboral, hay antigüedad. Las primerizas triunfan más, pero las que tienen muchos cuatrienios tienen más experiencia en eso de “ser madre”. Porque lo de ser madre no se aprende en ningún sitio, no dan título, ni pasas ningún examen. Lo de ser madre no trae manual de instrucciones, ni indicaciones sobre cómo actuar en cada caso.
Ser madre es algo más que parir un descendiente. Si tuviera que detallar qué es ser madre, seguramente no tendría bastante papel para escribirlo todo. Son tantas cosas, que difícilmente podría enumerarlas sin dejarme alguna. Probablemente, aquellos que todavía la tenéis, no reparéis en lo grandioso que es poder celebrar con ella ese día especial. Los que, por desgracia, no la tenemos a nuestro lado, intentamos pasar ese día como mejor podemos, recordándola con cariño y echándola de menos, cambiando algunas palabras con ella, allá donde esté, y enviándole un beso y un abrazo con todo el cariño del mundo.
Y, aunque como dice el refrán: “Madre no hay más que una”, hoy en día me conformo con colaborar como puedo en la celebración del Día de la madre de mis hijos. Ellas también merecen el título de MADRE, con mayúsculas, y si no, que se lo pregunten a ellos. Lo fundamental es decirles a las madres cuánto las queremos y lo importantes que son para todos nosotros, aunque creo que deberíamos hacerlo más a menudo, no sólo un día al año, ¿estáis de acuerdo?
1 comentario:
MUY BUENA LA CRITICA, HACIA TIEMPO QUE NO LEIA ALGO CON TANTO SENTIMIENTO, ME HIZO LLORAR MUCHO PERO AL MISMO TIEMPO SENTI UNA SENSACIÓN DE DESCANSO, PAZ, NO SE, UN MONTON DE SENTIMIENTOS DIFERENTES, PERO UNO LO TENIA MUY CLARO, TE QUIERO LUIS Y MAS POR ESOS DOS REGALOS QUE ME HICISTES , MIS HIJOS A LOS QUE QUIERO CON LOCURA, GRACIAS
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