TODOS PARA SEPTIEMBRE

A ver si se entera el profe que ya no hay convocatoria de septiembre, que todo queda clarito en julio, para que los chavales puedan pasar un veranito más tranquilo y no tengan que hincar codos en plena canícula veraniega para recuperar lo que no hicieron durante el curso. Cosas del Plan Bolonia, que no le podían haber puesto el nombre de otro fiambre más cutre que el de una mortadela, por buena que esté. Mejor hubiera sido llamarlo Plan Cantimpalo (por lo del chorizo), o Plan Jabugo (por el jamón), incluso Plan Espetec (por lo de Tarradellas), bueno no, que ya me estoy yendo de bareta…Todo este rollo viene a que, el pasado domingo celebramos la institucional comida de verano para despedida y cierre del curso académico-bailongo de NIT de DIJOUS. No fue fácil llegar a un acuerdo sobre los pormenores, pero al final llegamos al consenso. Tampoco era tan difícil porque no somos tantos. Esperemos que el curso que viene se amplíe la familia y seamos tropecientos, y tengamos que alquilar el Palacio de Congresos o algo así, donde quepamos todos y todas. Mientras tanto, nos conformamos con algo más discreto poniendo rumbo al “chalete” de Tere y Luis, en Torrent City.

A eso de las diez treinta A.M. llegó el grueso de la comitiva y comenzamos a descargar las viandas del almuerzo, las bebidas y los postres, que de todo hubo. Mira que la mesa era larga, pero no cabía ni un solo plato más. Cada cual trajo su especialidad o la del horno más próximo, que “pa” el caso da lo mismo. Haber había de “tó”, pero sobre todo EMPANADAS. Empanada de atún, empanada gallega, empanada de cebolla y anchoas, empanada con “beicon” y cebolla, empanada de embutidos, empanada de …, ¡moño!, parecía el DÍA MUNDIAL DE LA EMPANADA. Pero para ser justo, también diré que habían otras viandas nada desdeñables por su aspecto y sabor, que hicieron las delicias de los que allí estábamos, hasta casi provocarnos un reventón por exceso de ingesta de alimentos matutinos. Y dicho y hecho, una vez puesta la mesa, comenzó el “super-almuerzo”, amenizado con risas y algún “enganche” sobre política local del que prefiero no hablar para no tener que pronunciarme. Ya lo decía mi abuelo: “Si quieres que una comida salga bien, está prohibido hablar de religión y de política” Pero nosotros, burros que burros, no le hicimos caso a mi abuelo y por poco se nos va todo a paseo. Menos mal que reinó la cordura y conseguimos cambiar el tercio en el momento justo.

Al terminar el almuerzo, y en un abrir y cerrar de ojos, se limpió la mesa y fuimos cayendo de uno en uno, y a veces, de dos en dos, en la piscina, donde remojamos por fuera lo que habíamos comido por dentro. Menos mal, porque el “ponentón” que hacía nos llevó a alcanzar casi los cuarenta (y no eran los principales). Entre chapoteos, risas y cachondeos varios, pasamos un buen rato a remojo. Foto va, foto viene, pero todo el rato con la boya en la mano y en la boca también, que mira que dio juego el tema de la po.., digo de la boya. Pero si algo tuvo un éxito sin precedentes fue el “MIMBRADOR” de Elia, amén de alguna clase teórico-práctica de cómo coger el termómetro de la piscina para comprobar la temperatura del agua, clase que fue seguida muy de cerca por la gente joven, siempre atenta a cualquier enseñanza que les pueda instruir para su preparación futura.

En estas estábamos cuando llegaron Miguel “Sorbete” y Sra., que recién estaban llegados de las Alemanias y casi que ni habían dormido ni ná de ná. Al rato llegaron Sylvia “Faya”, alias la “Casalera Mayor del Reino”, y familia, que se perdieron el almuerzo, pero llegaron al baño con tiempo más que suficiente. De hecho, los niños, salieron bien poco del agua.

Antes de la comida tocaba “vermouth”, aperitivo no, porque podíamos reventar, así que, aprovechando una botella de Martini rojo que trajo Vicky, nos hicimos unos “chispazos” que nos entonaron a la perfección, incluso dentro del agua, donde alguno pretendió hacer algún “calvo” e incluso bañarse “sin” (que está muy de moda), pero no cuajaron estas iniciativas entre los asistentes al espectáculo. Lo del chispazo fue visto y no visto; en un santiamén voló el Martini como si se hubiera evaporado por efecto del calor reinante. Entre tanto, en la piscina, algunos y algunas fueron probando lo de flotar y desplazarse con la boya entre las piernas, hasta el punto de que alguna se llegó a hacer unas rozaduras más que sospechosas…

Y llegaron casi las tres, y el equipo de abastecimiento paellero se trasladó al Albergue Sanabria a por una paellita que se había encargado, más que nada porque con el calor que hacía, a ver quién era el machote que se ponía con el fuego de leña a prepararla. En un “tris y no res”, estábamos de vuelta con la paella en el maletero del coche, oliendo todo el trayecto que era un gusto. Al llegar, ya casi estaba “posà la taula”, con unas estupendas ensaladas y las sobras del almuerzo, que tampoco se acabaron en la comida. La paella estaba muy buena, aunque para gustos colores. No faltaron los entendidos (que en esto de las paellas siempre son ellos y no ellas) que matizaron el “acabado” de la paella con su gusto particular de grandes “chefs”, pero “pa” los de a pié estaba de p.m.

Y de postre meló i meló d’alger, que a cada cual estaba mes bó. Una tallaeta per así y un altra per allà. Y “pa” rematar la faena unos cafeses del “temps” y unas tartas de nata con nueces que quitaban el hipo. Ahí, los que llevamos bigote tuvimos más problemas porque se nos pringaba todo de nata hasta la punta de… la nariz.

Entre tanto gestionábamos lo de la tarta de nata y los cafeses, casi a punto de reventar ya, el maestro sorbetero y els ajudants, feren el sorbete “Miguel-In”® (marca registrada), con el que brindamos como toca religiosamente: “Ascendere, discenderé…”, hasta que no quedó ni una gota en el “super-perol” que trajo Quique de no sé dónde, que parecía más la ensaladera de Wimbledon que la coctelera de Nit de Dijous (ésta no la tiene Nadal, ya quisiera…)

Llegado este momento, le tocaba el turno al detalle para el profe y Sra. Un moderno cuadro estilo pop-art, en el que salen bastante bien parados, más que nada porque este tipo de retrato tiene poco detalle (je,je..) Lo cierto es que parece que les gustó (ya os lo diré cuando lo vea colocado en su casa). Lo que sí les gustó fue el pechito "pal net" (es que lo de ser "güelos" es lo que tiene).

Y ahora viene cuando toma la palabra Alberto para decirnos que estábamos suspendidos y nos quería ver a todos en septiembre (que no, que con el Plan Mortadela te examinas en julio). Nos imaginamos que lo que quería decir es que en septiembre nos esperaba a todos para el inicio de una nueva temporada, que esperamos llegue llena de novedades y motivación para mantener a este grupo tan heterogéneo y a la vez tan unido.

Lo dicho, una vez más la comida de “findetemporadadebaile” fue un éxito.

PD. Gracias a los que me ayudaron a recoger los cenadores, que si no llega a ser por ellos tengo que ir a por ellos a Sebastopol, y a todos en general. Para Tere y para mí ha sido un verdadero placer recibiros en casa y compartir con todos un día muy agradable.